05
DE OCTUBRE, DÍA MUNDIAL DE LAS Y LOS DOCENTES
Cada
año y en este mes, desde 1966, pocos toman en cuenta que el 5 de octubre se
celebra el Día Mundial de los Docentes, lo que en México se celebra normalmente
el 15 de mayo. Esta fecha la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (Convenio 169 de la OIT), decidieron rendir homenaje a una de
las profesiones más antigua y valiosa del planeta: ser docente. Esta labor tiene
el deber de educar y formar a las nuevas generaciones, garantizando con ello el
desarrollo y equilibrio de los países. En el año 1966, se conmemoró una Conferencia
Intergubernamental Especial sobre el Estado de los Docentes, en París, Francia, para discutir sobre
los deberes, pero sobre todo los derechos del docente.
Entre
los objetivos de la Agenda
2030 de Desarrollo Sostenible, señala que: “Dado que los
docentes son una condición fundamental para garantizar una educación de
calidad, profesores y educadores deberían estar empoderados y contar con un
régimen de contratación y remuneración adecuado, así como con la motivación y las
calificaciones profesionales pertinentes y los apoyos necesarios dentro de
sistemas eficientes y bien gestionados, dotados de suficientes recursos” (Marco
de Acción para la Educación 2030).
Es
importante comprender que la educación no debe ser masificada, sino
personalizada, porque no se trata de una fábrica de niños o niñas, ni industrializar
la educación como empresa; sino de enaltecer el espíritu humano y científico de
cada hombre y mujer en el planeta para su realización integra, plena, justa y
digna, tanto consigo mismo, con la humanidad y con el planeta natural en
general.
En
2021, el lema de la campaña es: "Los docentes en el centro de la recuperación
de la educación". Ahora, ¿Realmente las y los docentes son
pieza clave en la recuperación social en contexto de pandemia? ¿Debe el
gobierno de cualquier país revisar el estado de la profesión de los docentes para
que puedan desarrollar su trabajo con total garantía, libertad y dignidad en
estos tiempos? Entonces, se trata de valorar y revalorar la labor de las y los
docentes en todo el mundo, ante un tiempo de crisis e incertidumbre, en donde se
desempeña un papel fundamental para que los estudiantes no se queden rezagado, olvidado
o excluido. Gracias a esta crisis mundial nos ha develado que no se puede
encerrar la educación únicamente en las cuatro paredes del aula o escuela,
existen otros espacios posibles para la educación y el quehacer docente, que
involucre a todos como sujetos de derechos propios de la educación humana. Con
la pandemia del Covid 19, la educación enfrenta a nuevos retos, desafíos,
problemas, que las y los docentes no estaban ni contaban en sus experiencias, ni
en su formación esta realidad, pero más aún, los gobiernos de los países
subdesarrollados no tenían contemplado ni en su agenda ni en sus políticas educativas
una situación como tal; se tuvo que afrontar de manera improvisada, espontánea,
natural y personal, ni la tecnología digital virtual estaba hecha para la
educación o la labor docente en este contexto, más bien se hicieron para la
mercadotecnia de las empresas, del comercio global y de la competitividad de
los mercados mundiales o internacionales, por eso, no fue posible atender el
trabajo de los y las docentes del
planeta de manera inmediata, sino muy limitada por las distancias e
incomunicación en algunos lugares.
Sin
embargo, es importante señalar, analizar y exponer que él o la docente es uno
de los más deprimidos, reprimidos y oprimidos a nivel global, internacional y
nacional, casi todos los
profesores y profesoras del mundo se encuentran infravalorados, subestimados, desconocidos,
acallados, ignorados y excluidos, teniendo un sueldo salario raquítico que
apenas les da para sobrevivir, sin pensar en sus opciones más avanzadas de
profesionalización, menos en mejorar sus condiciones de vida familiar. Otros,
encuentran demasiadas restricciones legales, normativas o jurídicas, a la hora
de querer innovar o plantear nuevos proyectos y propuestas psicopedagógicas
lingüísticas culturales pertinentes, con nuevos mapas curriculares, programas,
contenidos, métodos, metodologías, estrategias, materiales didácticos innovadores,
es decir, una educación más acorde a su contexto educativo propio y apropiado
de cada región, país y estado, teniendo en cuenta sus contextos y condiciones
de sus culturas originarias, aborígenes, afrodescendientes o situaciones de
migrantes, emigrantes e inmigrantes, por eso mismo, no se pudo responder ni
atender los retos e intereses de sus estudiantes los docentes activos y pasivos.
Activos son aquellos que proponen y cultivan, mientras que pasivos son los que
consumen lo producido pedagógicamente hablando.
Por
estas restricciones, prohibiciones, sanciones y negaciones, la mayoría prefiere
cómoda o incómodamente anclarse, deslindarse y/o abandonar su labor docente
para dedicarse a ser tutor particular, asesor independiente o simplemente
dedicarse a dos o tres profesiones para sobrevivir y aislarse del problema
educativo. La autoestima docente se pone en fila y en el nivel más bajo de
otras disciplinas, que el mercado mundial posmoderno promueve y apuesta con mayor
consumo y producción, en donde se invierte y se compite por las ganancias,
descuidando y abandonando lo humano, pareciera tener mayor preferencia lo
inhumano, deshumano y antihumano. Por eso, algunos ven en la educación una
opción viable como empresa industrializada y tecnológica, los niñ@s como
mercancía o producto y los docentes como simple trabajadores, mano de obra
barata y jornaleros esclavos de los amos y dueños de dicha empresa humana.
Muchas veces, las reformas educativas en los países subdesarrollados responden
a otros intereses fuera de la educación humana, por ello, crecen las
inconformidades y movilizaciones sociales, como las demandas de los mismos profesores.
Estos deben ser los retos apremiantes de la UNESCO, junto con otras organizaciones como la UNICEF, el PNUD, la Organización
Internacional del Trabajo y la Internacional de la Educación.
¡Felicidades!
a todos los docentes de todos los niveles educativos de México y Oaxaca, a todos
los compañeros y compañeras de las diferentes resistencias pedagógicas
originarias de Abya Yala y del planeta. Felicitaciones también, hoy por hoy, a
los padres y madres de familia que contribuyen en la educación de sus hijos e
hijas desde su casa por esta pandemia, quienes se han apropiado de la docencia
por obligación, interés o gusto. ¡felicidades!
Autor:
Joel H. Sangermán
La siguiente imagen es
retomada de: https://www.unaj.edu.ar/pueblo/revista-pueblo-5/colaboraciones-nacionales/pandemia-universidad-y-docencia/
Comentarios
Publicar un comentario